Las increibles aventuras de marcianito luminoso!

miércoles, febrero 14

SABADO 10 DE FEBRERO, 14:40. CUNCO.

El calor es realmente insoportable. En la sombra no se siente nada, pero una vez que sales a la calle, sientes que entras a un horno, o una estufa.

Parti directo a hablar con los paquitos ( carabineros de chile ) para notificar mi viaje. Deje mi bicicleta estacionada justo afuera. Que le va a pasar estando en el unico lugar en el que no debiera pasar nada?

Me atendio el Cabo Muñoz. Un hombre profundamente agradable y notablemente asombrado por la estupidez que estaba dispuesto a realizar.

Pense que el asunto iba a ser mas sencillo, pero me hizo detallarle cuantas cosas llevaba, para cuanto tiempo tenia la comida, que cosas llevaba como medio de sobrevivencia, si llevaba comida enlatada, si llevaba herramientas para reparaciones, telefono mio, telefono de emergencia, nombre completo, nombre de mis padres, domicilio, en fin una ensartalada de cosas y por ultimo, mi cedula de identidad, para comprobar que era yo.

Todo anotado en un libro de actas, firmado por el Cabo en cuestion, por mi, y timbrado por El cuerpo de carabineros de Chile.

Me senti como subiendo al everest.

Me dijo que tenia que informar a carabineros una vez llegado a Reigolil, y luego en Curarrehue, para saber en que tramo del camino me rompi la pierna, para no enviar los helicópteros y tanques a otro lugar.

Nos dimos la mano, y en ese momento supe que ya no habia regreso. Tenia que llegar adonde habia dicho que iba.

De salida me encontre con un ciclista, como yo. Iba con una bicicleta vieja, vieja, vieja! Pudo haber sido del sobrino de miguel angel, y estaba carga de bolsas de plastico y amarras por todos lados.

Era un desastre!

Como se ha hecho costumbre, los viajeros que se encuentran, intercambian palabras y experiencias y consejos y vivencias. En este caso, yo intercambie las palabras, porque este muchacho no hablaba nada de nada.

Respondia con monosilabos, o sea, con si y con no. Pude sacarle que iba al otro lado de adonde iba yo, y parecia que no era muy sociable.

Cuando me aburri de hablar solo, le desee toda la suerte, y un poco contento me separe de el.

Ahora, todavía estoy tirado en la plaza esperando que pase un poco el calor, porque me esperan 15 kilometros de subidas, cuestas, calor y polvo mucho polvo, antes de llegar a mi primer paradero…

… el lago colico.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
:: a las 11:33 p. m., fueron palabras lanzadas a los vientos por Alvaro Roman!!!