Las increibles aventuras de marcianito luminoso!

domingo, enero 15

Guerrero y las maquinas de Dios.

En la fabrica, todos los dias tienes la oportunidad de demostrar lo inutil que eres.

Cada maquina trabaja todos los dias con un material distinto, y cada material se maneja de una forma diferente.

El tipo de papel, la forma de administrarlo, etc... y nunca terminas de aprender.

Pero antes de aprender... tienes que dejar el desmadre.

O sea, la cagada.

Ayer, estaba en una Inline Stitcher... la numero 6. Trabajando a una velocidad insana, y aplicando un tratamiento complicado a cada papel que vaya a administrar.

Debo decir, que esta vez, tampoco era capaz. Maldije a ford, pero esta vez me limite tambien a maldecir a su madre.

No tenia la capacidad para llenar 2 suministradores de papel, a la velocidad necesaria y la frustracion llego esta vez, casi mas fuerte que nunca.

Guerrero, era mi instructor mexicano.

No se si se llamara guerrero, pero es lo que tiene escrito en la mano... un tatuaje que se hizo con una aguja y tinta china cuando tenia como 12 anios.

En un momento de descanzo, se me acerca y increible y curiosamente me dice:

- Dios no invento maquinas... Dios invento a los hombres. Los hombres inventaron a las maquinas, y por eso las maquinas fallan. Los hombres fallan porque quieren, las maquinas porque deben. Una maquina por fuerza, te puede ganar, pero debes recordar que nosotros las inventamos a ellas, y que tu siempre les vas a ganar.

Que sugerente.

Cuando me lo dije, hubiese querido contarle que el mismo pensamiento habia tenido una semana atras.

Que increible como trabajar al limite, hace conjeturas en temas tan delicados como la filosofia de Dios.

Guerrero, me conto que hace un tiempo, habia un robot en la fabrica. Un robot casi como terminator, pero sin cuero.

Lo tenian a cargo de una funcion que hacian minimo 6 personas. Y el la hacia sin cansarse, rapido, eficientemente y sin problemas.

Tomaba el papel, con una enorme mano hidraulica lo agrupaba, ordenaba, subia grandes cantidades en un soporte de madera, lo llenaba, lo entregaba y antes de entregarlo ya estaba haciendo otro.

Claro que este robot, tenia un problema de personalidad.

Hubiese querido ser un robot de peliculas, y no le gustaba que lo usaran para trabajar en una fabrica.

Una vez al dia como minimo, le entraba una crisis de personalidad, y se encabronaba, y lo rompia todo. Tomaba el papel y en bloques lo lanzaba lejos, tomaba los cajones de madera y antes de romperlos los tiraba tambien, y lo que encontrara a mano, lo destruia salvajemente.

La gente tenia miedo incluso de acercarse cuando estaba con su garrotera.

Asi que todos los dias venia un ingeniero en robotica, que cumplia el papel de sicologo, y despues de un rato lo reprogramaba y se iba para volver al otro dia.

El problema es que un ingeniero en robotica no es cualquier cosa, y el sueldo que cobraba por arreglarlo, bastaba para pagar el sueldo de 10 personas que harian el trabajo del robot, sin tanta crisis de panico.

Una que otra.

Asi que el T1000, fue reemplazado por algunos obreros hediondos y guatones, que hacen el trabajo de la misma manera, solo que no tan rapido ni tan eficientemente.

Si los robots fueran tan buenos, nosotros no tendriamos trabajo.

Nose cuanto tiempo tarden en solucionarlo.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
:: a las 7:23 a. m., fueron palabras lanzadas a los vientos por Alvaro Roman!!!