Las increibles aventuras de marcianito luminoso!
lunes, enero 2
Despidiendo el 2005
Termine el año 2005 con mi última gracia.
Nos quedamos dormidos en la mañana... teníamos que despertar a las 5:30 y lo hicimos a las 6:30. Y en el apuro, me pidieron que encendíera la van para qué se calentara.
... gran error.
La van tiene un sistema de cierre muy complicado. Es centralizado y se maneja desde dentro. Cuando me subí y encendi el motor, pensé que abría la van, cuando en realidad la cerraba.
Tomamos desayuno, y fuimos a la van, y nos encontramos con la sorpresa.
Los muchachos quisieron desquitarse ahi mismo, pero yo fui más inteligente y alegue demencia. Ya estamos atrasados, pero no importaba... teníamos que llegar como sea. Corrí a la casa, y busque las llaves que tenía guardadas de copia.
Triunfante volvi, con las llaves en la mano, y triunfante me quede, hasta que intente usarla...
... la llave no era.
Eludi sagazmente las miradas furibundas de los demás y personifique astutamente mi papel de desesperación.
Los vecinos nuestros, ofrecieron a llevarnos en su auto.
Eran las siete de la mañana, y la van se quedó encendida y con las luces prendidas. Nosotros nos íbamos al trabajo, para vernos de vuelta, 13 horas más tarde.
Una cosa espeluznante.
Nos quedamos dormidos en la mañana... teníamos que despertar a las 5:30 y lo hicimos a las 6:30. Y en el apuro, me pidieron que encendíera la van para qué se calentara.
... gran error.
La van tiene un sistema de cierre muy complicado. Es centralizado y se maneja desde dentro. Cuando me subí y encendi el motor, pensé que abría la van, cuando en realidad la cerraba.
Tomamos desayuno, y fuimos a la van, y nos encontramos con la sorpresa.
Los muchachos quisieron desquitarse ahi mismo, pero yo fui más inteligente y alegue demencia. Ya estamos atrasados, pero no importaba... teníamos que llegar como sea. Corrí a la casa, y busque las llaves que tenía guardadas de copia.
Triunfante volvi, con las llaves en la mano, y triunfante me quede, hasta que intente usarla...
... la llave no era.
Eludi sagazmente las miradas furibundas de los demás y personifique astutamente mi papel de desesperación.
Los vecinos nuestros, ofrecieron a llevarnos en su auto.
Eran las siete de la mañana, y la van se quedó encendida y con las luces prendidas. Nosotros nos íbamos al trabajo, para vernos de vuelta, 13 horas más tarde.
Una cosa espeluznante.
En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
:: a las 4:09 a. m., fueron palabras lanzadas a los vientos por Alvaro Roman!!!
