Las increibles aventuras de marcianito luminoso!

lunes, septiembre 12

Carajos punzantes... que estupides mas grande...


Hoy fui a trabajar.

Y fui en mi bicicleta ( siempre ando en mi bicicleta )

Pero no la puedo dejar afirmada en un arbol. Tengo que dejarla amarrada con dos cadenas.

( Eso se ha echo una ineludible y fastidiosamente inevitable rutina )

Y como necesito un lugar seguro, ¿que mejor que el claustro hermetico de la universidad?

Quizas incluso, demasiado seguro...

La amarre, puse sus cadenas, me percigne, invoque a satan y me fui al trabajo.

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10 horas despues...

Caminaba como ebrio, cansado hasta en el pelo, con el alma desecha y la moral en el suelo, rumbo a mi universidad para reencontrarme con mi bicicleta.

Tengo mi primer encuentro cercano con el hombre uniformado encargado del orden y seguridad del establecimiento, ( aqui los llamamos guardias ) quien despues de saludarme me dice:

- Huevon.

- Presente maestra...

- Huevon ( me repite ), tenias que amarrar la bicicleta en el candado 29 y no en el 26, como la amarraste...

- aaaaaaaaaaaahhhhh... ( con voz de estupido )

- Pero no importa, te pasamos la llave del candado 26 a cambio de la del 29, ¿entiendes?

- perfectirijillo...

Todo iba excelentemente bien, hasta que el guardia me mira con "cara de circunstancias"

- uh oh...

( Que carajos quiere decir, uh oh maldicion )

- La unica llave que falta es la numero 26, ven a ver ( me dice ).

- uh oh... ( digo yo... En una pared colgadas hay 45 llaves y en el lugar de la 26 hay una gran X )

- Ah pero no importa, tenemos las llaves de repuesto en ese enorme llavero que cuelga ahi, busquemos la 26...

( uffff... fiiiuuuuu, digo yo )

- Si mira, aqui esta la 24... esta es la 25... la 27... la 28... MIERDA, LA 26 NO ESTA!

- Si, mierda, eso es un problema.

- Mira ( me dijo ), yo creo que estas bien jodido. Mañana tendriamos que ver el asunto con un corta cadenas, o una buena sierra, o alguna otra cosa que sirva.

Ya se me estaban asomando las lagrimitas por los ojos, cuando alguna vez escuche por ahi, un consejo que me abrio muchisimas puertas:

- una vez que hayas perdido todas las esperanzas, aun te queda molestar.

Y pedi el inmenso manojo de llaves para probarlas todas, a ver si la divina providencia me hiciera dar con una llave que le sirva.

Y ahi yo, el imbecil, en plena oscuridad, intentando meter cada puta llavesita en el puto candado de mierda, con la vaga y minima esperanza que los fabricantes de candados del mundo, fueran lo suficientemente tarados para hacer pocos diseños de llaves para sus putos candados de mierda.

Ya tenia la firme conviccion que las habia probado todas, juro que estuve mucho rato, mas del rato necesario para darle una vuelta completa al manojo entero de llaves, y cuando la esperanza que yo tenia, valia tanto como un papel higienico embetunado de mierda de obrero de construccion, el candado hace...

- CLICK!

Y tate que se abrio. Del cielo brotaron inmensos haces luminosos de luz divina que me bañaron en su estela idilica de fervorosa e inmensa gratitud.

Tome mi bicicleta, la abrace con amor, les entregue sus jodidas llaves, las aceite para que se las metan por el culo, y lentamente y bajo las tenues luces de un domingo en la noche, hice lo que debia hacer...

... pedalear en la oscuridad.


En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
:: a las 12:54 a. m., fueron palabras lanzadas a los vientos por Alvaro Roman!!!