Las increibles aventuras de marcianito luminoso!

martes, septiembre 7

Mi ducha me odia.

Aca en la casa tenemos un sistema bastante primitivo de generacion y obtención de agua caliente. En primer lugar, el agua la sacamos bajo tierra. Se excava un pozo de al menos 80 metros de profundidad en la corteza terrestre y mediante una bomba extraemos el agua que circula en rios subterraneos a esas profundiades. Según lo que he escuchado, una de las aguas mas limpias y minerales de la tierra… mentira, a veces sale negra.

Bueno, siguiendo con el agua caliente, alimentamos con bosques enteros una enorme locomotora de acero que devora madera como si fuera competencia y con el fuego que produce calienta el agua, y la envia por un complejo sistema de tubos a unos contenedores aplanados, ubicados erronea y estratégicamente a lo largo de toda la casa.

Resulta que como esta locomotora-engullidora-indiscriminada-de-bosques-enteros traga y traga leña sin preguntar, genera mucho mas calor del necesario para calentar la casa, entonces que es lo que hace? Guarda en un enorme estanque el agua caliente que va sobrando. Asi que ademas de destruir la ecologia, eliminar cientos de formas de vida, y calentar nuestra casa, tenemos agua caliente para ducharnos.



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Y la historia no termina ahí. Cuando alguien se ducha, ocupa agua caliente desde el “gran estanque” que denominaremos en forma exlicativa Don Enrique. Y cuando uno saca agua caliente, el sistema no encuentra nada mejor que llenar a Don Enrique con agua helada. O sea, encontrar agua caliente en esta casa es lo mismo que sentarse con tus amigos en un circulo, ponerle una sola bala a un revolver, y ver a quien le toca.

Pero No! No somos tan estupidos. La evolucion nos ha dotado de cerebro, y como medio alternativo, contamos con un gran y amistoso Calefont, que denominaremos Jose Patricio. Resulta que hoy iba a comenzar ceremoniosamente el ritual de la ducha, cuando le pregunto a mi madre si Don Enrique tiene agua caliente para ver si me comunico directamente con Jose Patricio, y me dice con su amable cara de “no preguntes huevadas” que lo averigue haciendo correr el agua.

Ahí me encuentro yo, como dios me echo al mundo, tiritando de frio y putiando a mi madre por sus ingeniosas alternativas, y como un baboso esperando ver los signos que me indiquen presencia de agua caliente.

Vapor! ¡¡Eso es bueno!! Me percigno, me encomiendo al señor y de un valiente salto termino adentro de la ducha. Comprobe su temperatura y con gran sonrisa mia… si, estaba caliente.

Pero no! No se si la pendeja me estaba esperando a que me mojara para que me escupiera el agua como sacada de un iceberg. Faltaban los puros esquies, porque las estalactitas ya colgaban del techo y yo ahí en pelotas mientras maldecia la puta ducha y sus putos arrebatos histericos de indecisión termica.

Ya estaba ahí, y como era fuerte, bravo y valiente, me dije: si aquí no demuestro mi hombria, nada lo hara. Y cuando empezaba a ponerme morado decidi que el masoquismo no estaba dentro de mis tendencias, corte el suplicio y corri como un vil engendro putrefacto llevado por el demonio a encapsularme en mi toalla, que por supuesto, llego como el mejor de los remedios.

Puta ducha, y maldito Don Enrique. Se pueden ir tranquilamente a chingar a su madre.

En un cafe, de los muchos cafes que hay en el mundo, en una ciudad, de las muchas ciudades que hay en el mundo, escribo estas lineas... para ti.
:: a las 3:55 p. m., fueron palabras lanzadas a los vientos por Alvaro Roman!!!